Al observar los estados mentales saludables vemos justo lo contrario al resultado de los estados mentales negativos. Vamos a considerar la ecuanimidad o el estado de calma.
La mayoría de los estudios que se han realizado en personas que han aprendido algún medio de relajarse, que a menudo es la MEDITACIÓN. Encuentran que éstas prácticas tranquilizantes relajan realmente el cuerpo y la mente- lo que el Dr. Herbert Benson, de la Universidad de Harvard, denomina la respuesta de la relajación- y conllevan muchísimos beneficios para la salud.
Se puede hallar toda una gama de métodos empleados clínicamente para ayudar a las personas a tranquilizarse.
En el biofeedback, por ejemplo, colocar un electrodo en el centro del músculo de la frente de las personas que tienden a preocuparse les ayuda, pues les hace oír un sonido procedente de la máquina cada vez que esté tensa, y de este modo, para evitar el ruido de nuevo, aprenden a relajarse, aprenden, porque pueden identificar cuando se tensa o se relaja el músculo.
Las células T y B, las asesinas naturales (anticancerígenas), descienden en los alumnos que están preparando sus exámenes escolares.
Cuando algunos de los estudiantes de la Ohio State University que tenían exámenes meditaban todos los días, se observó que sus células “T” habían aumentado. Cuanto más meditaban y más profunda era su meditación, mayor era el efecto. Este estado de calma posee muchos beneficios para la salud.
El OPTIMISMO, el siguiente estado positivo, es más bien una actitud, una visión que tiene relación con cómo explicamos las cosas malas que nos suceden en la vida y que al mismo tiempo nos puede mantener alejados de la depresión o la desmoralización, ante los acontecimientos desagradables.
Por ejemplo, algunas personas dirían que han suspendido un examen porque son estúpidas. Lo explican en términos del trato fijo y permanente que se dan a si mismas, ésta es la visión negativa o pesimista.
Otras dirían que han suspendido porque era un examen muy difícil, pero que la próxima vez estudiarán más. Explican las cosas malas en términos de una situación que varía constantemente, tienen la esperanza de que las cosas serán diferentes la próxima vez.
En la Universidad de Michigan se realizó una clasificación similar con las personas a las que se les había practicado una operación del sistema circulatorio (bypass); los optimistas tuvieron menos problemas durante la operación y su recuperación fue más rápida. Los optimistas, incluso en aquella situación tan intensa, parecían gozar de buena salud.
Otro estado positivo es la SEGURIDAD en si mismo, el sentimiento de ser capaz de hacer frente a la situación. En occidente se suele pensar en ella como un sentido de control. Una persona segura cree que puede hacer frente a las cosas. Ciertos trabajos hacen sentir a las personas que no tienen mucho control sobre los mismos.
Por ejemplo, un conductor se supone que ha de seguir un horario; ha de llegar al sitio pase lo que pase, pero le pueden suceder todo tipo de cosas que no puede controlar. Las personas en esa clase de trabajos padecen tres veces más de hipertensión arterial y de otros problemas médicos que las que tienen trabajos en los que pueden controlar más lo que hacen.
Las personas que viven en residencias de la tercera edad, sienten que no tienen control, especialmente porque muchas de ellas se rigen por normas muy estrictas. Los psicólogos de Yale convencieron a los responsables que dirigían una residencia de ancianos para que dejaran que un grupo de personas mayores tuviera mas control sobre sus decisiones respecto a lo que querían comer o cuando querían tener visitas, también dieron a cada persona del grupo una planta para cuidar. Un año más tarde, en dicho grupo había habido la mitad de muertes que en el otro, donde sentían que no controlaban nada.
Podemos concluir señalando que las emociones "buenas" nos mantienen más saludables, más felices y más plenos en nuestras vidas...de nosotros depende...¡ánimo!
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jueves, 11 de septiembre de 2008
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