martes, 28 de octubre de 2008
La Pereza: Una Calumniada Amiga
La pereza, dicen, es la madre de todos los vicios. Esa es, por lo menos la opinión de quienes le hacen mala prensa a uno de los más conocidos deleites del género humano.
Nadie se declara perezoso como nadie se declara envidioso, porque la pereza y la envidia son demostraciones de inferioridad y nadie desea auto proclamarse menos que otro. Sin embargo, el mundo está lleno de quienes disfrutan del dulce momento del no hacer nada y del encanto de de dejar los músculos en reposo.
Pero mucha atención: que nadie caiga en el error frecuente de confundir ocio y pereza. Tal equívoco equivale a confundir el cielo con las nubes. Ocio es una pausa, un interregno generalmente breve entre dos períodos normalmente prolongados de mucho ajetreo y de trabajo excesivo. Ocio es pausa, interrupción, paréntesis, intermedio.
En cambio pereza, lo que se dice verdaderamente la pereza es una vocación, una forma de vida, una manera definitiva y consciente de emplear el tiempo. Es, en resumidas cuentas, otra forma de ocuparse. De ocuparse en no hacer nada, por supuesto.
Bienaventurados los perezosos porque son capaces de vivir sin la dictadura del reloj; porque no los preocupa el estrépito intenso de las bocinas ni el paso apurado del tiempo.
Dichosos ellos que no tienen tareas que realizar ni informes que entregar ni jefes a quienes responder. Felices quienes pueden reflexionar en la comodidad de la hamaca y en el movimiento pendular y plácido de la mecedora. Su vida, por lo menos, no está llena de angustia y en su historia clínica jamás aparecerá el estrés ni la neurosis ni la paranoia.
Para que disfruten de su incomparable placer les transcribo a “Los Mandamientos del perezoso”, porque cuando alguien se dedica a la pereza, como a cualquier otra actividad (¿La pereza es una actividad?) debe hacerlo en cuerpo y alma.
Lean, aprendan y apliquen:
1. Ama el trabajo por encima de todas las cosas… pero preocúpate de que lo haga alguien con espíritu de camello.
2. No trabajes en vano…trabajar es una forma lamentable de obligarte a abandonar tu oficio de descansar.
3. Santifica la siesta, y la hora de la televisión…son momentos sagrados.
4. Honra la cama y la silla para que se alarguen tus horas de descanso.
5. No mates el tiempo, aprovéchalo dejando un trabajo que no has terminado y comenzando otro.
6. No levantes falsos testimonios al trabajo. Di la verdad acerca de él: que no te gusta.
7. Si vez a alguien esmerándose en trabajar, ten compasión de él y predícale acerca de la pereza: tu verdadera y única religión.
8. No codiciaras el ocio de tus semejantes, mejor aprovecha tu propia pereza.
9. No robarás las ideas que han tenido los demás para hacer menos cosas en más tiempo.
10. Recuerda, que todo el que lee artículos sobre la pereza es un perezoso. Nunca se te olvide.
Por: Alejandro Rutto Martínez
Fuente del artículo http://www.articulo.org/autores_perfil.php?autor=525
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